Las constructoras que aprovecharon las “oportunidades de negocio” que les ofreció Esperanza Aguirre para construir siete nuevos hospitales, con la condición de que esas oportunidades de negocio les duraran 30 años más otorgándolas parte de su gestión, han presentado 20 recursos. Quieren ahora que la Comunidad de Madrid les pague 80 millones de euros y que, además les aumente el canon anual en otros 9,2 millones de euros.
Esta petición se detalla en una carta de David Taguas, presidente de Seopan (Asociación de Empresas Constructoras) conocida en esta campaña electoral.
Entre otras cosas, Seopan dice que la actividad de los hospitales ha sido mayor que la prevista y que esta diferencia no se esta pagando.
También alega que esta dando de comer a los pacientes en las urgencias, UCIs, diálisis y paritorios. Asimismo afirma que hay mayor carga de trabajo en Esterilización, y que los accionistas de Seopan están recibiendo menos dinero del que preveían. También se quejan de que se les aplique un IVA del 18% que rebaja todavía más sus beneficios. Las constructoras amenazan con colapsar los hospitales si no reciben el dinero que piden.
A pesar de ello, Aguirre dice que los hospitales funcionan maravillosamente. El consejero contesta que el coste de los hospitales se fijó en los pliegos y que no caben ahora modificaciones unilaterales de las empresas.
Esta situación demuestra lo que, en su día, denunció CC.OO. sobre lo que suponían estas operaciones que consagraban el animo de lucro en el servicio público de salud y que en esa gestión se pondrían en primer lugar los intereses de los accionistas de Seopan en detrimento del servicio sanitario a los ciudadanos que, con sus impuestos habrían de pagar tanto el servicio como los márgenes de ganancia de los “negociantes”.
Cómo interpretar ahora las afirmaciones, con tijera y foto en inauguraciones diciendo que era más eficiente la gestión privada que la pública.
Por la boca muere el pez
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