La malversación de la confianza de los ciudadanos es observable en nuestro hospital.
Para analizar esto es obligado mencionar a su máximo responsable, el gerente actual.
Del discurso oficial de la gerencia, que afirma hasta la saciedad frases como la de que “el hospital esta muy bien posicionado”, surge inmediatamente una pregunta: ¿en que?.
Es más que posible que cuando el gerente afirma esto, se refiera más a su posicionamiento personal en el PP de Madrid que al hospital mismo. Es más, desde su llegada el hospital, operaciones de maquillaje aparte, no ha tenido ninguna mejora sustancial.
Este gerente, desde su llegada, no ha sido capaz de renovar el plan estratégico anterior, limitándose a publicar unas líneas estratégicas con frases rimbombantes, sin contenido alguno, sin concretar acciones ni objetivos, conocidos por todos, que orienten la actividad.
Después del tiempo pasado hay que sospechar que el plan que tiene la Consejería para este hospital, también para otros, sea el vaciarlo de contenido, para justificar posteriormente todo aquello que “se considere necesario”.
También, con este gerente se esta produciendo una sistemática desregulación de pactos y acuerdos, relacionados con los destinos de trabajo, los turnos de trabajo, los permisos y vacaciones, la organización del trabajo y las jornadas, obviando derechos y haciendo de las decisiones arbitrarias sobre las personas y unidades.
La gerencia ya violentado:
- El pacto de contratación: en la renovación de contratos de enero, dejando de renovar a personas a las que les correspondía y haciendo de la arbitrariedad la norma de renovación.
- El Concurso de Movilidad Interna que, estando en marcha se ha visto paralizado, impidiendo este derecho al conjunto de los trabajadores del hospital, y permitiendo que la Directora de Enfermería cambie los destinos a su libre capricho, incumpliendo los acuerdos que la propia dirección firma.
Otra de las señales es el permanente discurso sobre el necesario confort de los pacientes que pasa por la conversión de las habitaciones de tres a dos camas.
La contrapartida, sin embargo, es una clara disminución de camas, que ha de relacionarse con la paulatina desaparición de pacientes sin saber cual es su destino. Pacientes que han sido estudiados, tratados y diagnosticados, y que desaparecen de forma selectiva del hospital, muchas veces en función de su susceptibilidad de complicación.
Las información que, en contadas ocasiones, aporta la gerencia sobre reconversión de unidades se presentan invariablemente para justificar medidas de disminución de profesionales en los diferentes servicios, lo que no deja de ser sospechoso, como lo es que cuando se pregunta por las causas de disminución de la estancia media y otras se reciba la respuesta de que “ha mejorado la eficiencia”, sin justificar las causas concretas de esa mejoría.
El gerente tiene comprometido desde hace ya más de dos meses, una reunión con las organizaciones sindicales para una información completa del conjunto de servicios en el hospital, que todavía no ha tenido lugar, cuando es, o debe ser, conocedor de la gran inquietud a este respecto, por la importante disminución de la carga de trabajo que se esta produciendo, sin que se conozcan sus causas.
La opacidad informativa, y la puerta cerrada son el estilo imperante, en una manera de dirigir que hace ver los permanentes intentos de desregulación de todas las normas existentes, los acuerdos firmados, las decisiones arbitrarias y el papel de los profesionales.
Desde el uno de enero se ha dejado de contratar a un buen número de profesionales, algo que se prevé se repetirá, de resultas de esa desaparición se han hecho traslados arbitrarios rompiendo acuerdos, las personas afectadas siguen sin ser atendidas en sus derechos, se ha congelado de hecho el concurso de movilidad interna, se están reestructurando unidades, sin recibir explicación alguna.
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